
Sobre nosotros
Lorenzo no es un nombre de familia. No es mi abuelo ni mi tatarabuelo. Es un invento. Una especie de voz interna que me empuja. Es mi parte valiente, necia, a veces terca; la que se lanza aunque no sepa bien a dónde va, y luego aprende en el camino. Cocino con ella. Cocino con él.
El menú de Lorenzo es eso: una mezcla de culturas que me habitan. Lo que me contaron en casa, lo que vi en otros lugares, lo que probé, lo que me regaló alguien alguna vez. Aquí no se busca lo exótico —porque al final, todo se vuelve familiar cuando se cocina con recuerdos.
Los ingredientes viajan, igual que las ideas. Pero este menú se hace con los pies bien plantados en el suelo mexicano. En su tierra, en su mar, en su gente. Y con hambre de contar una historia propia, plato por plato.
